viernes, 10 de diciembre de 2010

DESCOMPOSITUM

Todo empezó como una broma que se fue alargando. Cuando en las entrevistas le preguntaban por cuál sería su siguiente libro, él decía Descompositum. Lo hacía para quitarse a los fastidiosos reporteros de encima y sobre todo para no desvelar el contenido de su siguiente obra. Por lo general, cuando mentía sobre Descompositum, nunca repetía el mismo argumento. Simplemente se inventaba lo primero que le pasaba por la cabeza. Entre más retorcido mejor. Una vez dijo que Descompositum se trataba de una novela de caballería; otra, que iba de un ex jugador de ping pong convertido en espía; y entre otras, su favorita, en la que un reputado empresario se filma a si mismo mientras se masturbaba.
Al final lanzó tantas posibles historias que, sin siquiera existir en su mente, Descompositum se convirtió en un libro de culto. Se creó tanta expectativa alrededor de él, que inclusive salió gente a decir que ya habían leído el manuscrito. Pero a pesar del interés, el escritor nunca tuvo la menor intención de escribirlo. Solo fue hasta que en una noche despertó de una angustiosa y lenta pesadilla que lo hizo levantarse de la cama, encender el computador, abrir un nuevo archivo y empezar a escribir "Esta historia comienza con un perro perdido en un mercado de pulgas".

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