sábado, 18 de diciembre de 2010

DANDIS EN DECADENCIA

Tuvieron que pasar dos generaciones para que los dejaran de considerar como nuevos ricos, pero para ese entonces, sus descendientes ya se habían encargado de gastarse toda la fortuna y ahora, lo único que les quedaba para comer eran los cubiertos.

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viernes, 10 de diciembre de 2010

DESCOMPOSITUM

Todo empezó como una broma que se fue alargando. Cuando en las entrevistas le preguntaban por cuál sería su siguiente libro, él decía Descompositum. Lo hacía para quitarse a los fastidiosos reporteros de encima y sobre todo para no desvelar el contenido de su siguiente obra. Por lo general, cuando mentía sobre Descompositum, nunca repetía el mismo argumento. Simplemente se inventaba lo primero que le pasaba por la cabeza. Entre más retorcido mejor. Una vez dijo que Descompositum se trataba de una novela de caballería; otra, que iba de un ex jugador de ping pong convertido en espía; y entre otras, su favorita, en la que un reputado empresario se filma a si mismo mientras se masturbaba.
Al final lanzó tantas posibles historias que, sin siquiera existir en su mente, Descompositum se convirtió en un libro de culto. Se creó tanta expectativa alrededor de él, que inclusive salió gente a decir que ya habían leído el manuscrito. Pero a pesar del interés, el escritor nunca tuvo la menor intención de escribirlo. Solo fue hasta que en una noche despertó de una angustiosa y lenta pesadilla que lo hizo levantarse de la cama, encender el computador, abrir un nuevo archivo y empezar a escribir "Esta historia comienza con un perro perdido en un mercado de pulgas".

domingo, 5 de diciembre de 2010

CENICIENTA DE INVIERNO

Parecía un milagro que se le viera tan radiante, siendo que las demás flores a duras penas intentaban mantener una postura recta, abatidas por los estragos del invierno. Para ella, que entre las otras siempre se le había considerado la flor más fea, resultaba un placer indescriptible poder conservar su aspecto intacto, mientras las demás se iban marchitando bajo la silueta destructora del frío. Ni siquiera con la nieve perdió el vigor de sus pétalos. Algo que no dudaba en restregarles a las otras, recordándoles todo el desprecio que durante el año había soportado. Pero ahora la situación se había girado y ella podía sentirse superior. Durante días no hizo más que presumir, torturando con sus alardes a las otras. Diciéndoles cómo iban a acabar. Humillándolas sin parar, hasta que de pronto sintió el filo de unas tijeras que le atravesaron el tallo. La muchacha que la cortó, olió su fragancia hasta que llegó a casa y colocó su cadáver en un florero de cristal.