viernes, 27 de agosto de 2010

CERDITOS SUICIDAS

Así como hay personas dispuestas a morir motivados por la promesa del paraíso, hay cerdos que darían su vida por una manzana. En realidad solo lo hacían algunos idiotas, convencidos por otro cerdo más listo que les lavaba el cerebro para no acabar él mismo en la parrilla. De esta manera los más brutos se mataban de la forma más estrambótica.
Una vez muertos, el granjero recogía su cuerpo para colocarlo en las brazas y cuando por fin la carne estaba dorada, lo servían en una bandeja con una manzana en la boca. La dichosa manzana por la que había dado su vida. Inclusive muerto podía sentir su sabor, pero por más que intentaba morderla con la fuerza de su espíritu, que en esos momentos todavía se encontraba entre nosotros, era incapaz de mover su mandíbula para que los bocados le bajaran a la panza.


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