jueves, 15 de abril de 2010

TIEMPO

Milenios atrás, en realidad muchísimos milenios atrás, el tiempo era mucho más grande y fuerte de lo que hoy lo conocemos. Su poder era tal, que terminó subiéndosele a la cabeza y empezó a abusar de él, atormentando y manipulando a los hombres a su antojo como si fuera un dios, hasta que un día Dios se cansó de él y decidió dividirlo en diversas partes y regarlo por la tierra. Desde entonces, la hora dejó de ser la misma en todo el planeta, aunque eso sí, igual de despiadada que en el principio de los días.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

jueves, 1 de abril de 2010

FRECUENCIA TELEPÁTICA

Creyó que cerrando todos los canales de televisión, los periódicos y las emisoras, acallaría las críticas de sus detractores. Pero ellos encontraron otra manera de poner en jaque su dictadura. Gracias a una novedosa técnica empezaron a transmitir su mensaje desde el anonimato, directo a la mente de las personas, utilizando una frecuencia telepática.
Furioso, el tirano buscó casa por casa a los responsables de semejante insubordinación, pero por ningún lado encontró pistas de la fuente de emisión. Durante largas noches en velo no hizo más que pensar en la forma de contrarrestar esta amenaza. Algo se le tenía que ocurrir pronto, antes de que éste enemigo invisible terminara poniendo al pueblo en su contra.
Entonces decidió tomar medidas extremas para salvaguardar su autoridad. Pensó que si se concentraba en bloquear la recepción impediría de una vez por todas que siguieran boicoteando sus discursos. Para eso dio la orden de que le hicieran la lobotomía a todo el país. Así mantuvo a la gente sumisa, ajena a la rebelión.
Pero había en especial un lugar en el que la señal telepática seguía funcionando y ese era en la cabeza del dictador. Ahí la transmisión continuaba su curso sin interrupción, día y noche. Una tortura que lo fue arrastrando a la locura, acabando con sus nervios, hasta que no le quedó de otra que auto aplicarse la misma solución que utilizó con su pueblo.
Primero se rapó por los costados y luego, con el bisturí empezó a hacerse una serie de incisiones en la cabeza. Minutos más tarde sintió el filo del bisturí penetrando su cerebro. Durante un momento pensó en echarse para atrás, pero ya era demasiado tarde. Tan solo bastó otro corte y la señal se perdió para siempre.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.